17/1/07

La soledad de las piedras


Cada día mata a su noche con sus propias manos,
ensangrentada, deja su huella en cada sueño que recordamos,
el día asesino se disfraza de noche,
quiere vivir como tal y pone velas para la mala suerte de los amantes,
no lo sabe, pero su disfraz confunde al día nuevo,
que igual que el castigo divino ni remordimientos, la vida los dias,
las noches nos juegan, nos tratan como soldaditos de plomo,
nos ven nacer y mirar a la luna, una y otra vez, por favor dejenme respirar,
necesito agarrarme a la cola del viento con amigos y amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y pensar que ahora sólo eres un recuerdo, creo que uno de mis más gratos...
Alguna vez me dijiste algo sobre el amor, no lo tengo exacto en mi memoria, porque no lo registré como palabras; pero entendí que no tiene ni cara ni tiempo ni forma específica, el amor es amor en cualquier representación.
Entonces no sé si en aquel momento debimos besarnos, pero ese movimiento diferente hubiera girado todo el presente,
Y no sé dónde estaría, probablemente contigo haciendo arte, pero entonces seguro me hubiese desviado de mi misión personal.
Mi intención fue decirte "yo también te digo que sí", pero estaba tan feliz que sólo podía sonreír.
Ahora tomamos diferentes rumbos y yo ya no puedo desenterrar el ataúd de apegos desapegados,
ni nadie te puede convertir en Dios a la fuerza.
Hubiera sido bonito, pero el hubiera no existe.
Yo ya difiero de esa personalidad, entonces quizás nada tendría sentido.
Talvez nuestras almas se vuelvan a encontrar, aquí o allá o más allá, porque creo que debemos saldar cuentas de lo que no fue.
O talvez sólo éramos hermanos...
Te quiero de alguna manera, no me preguntes porque entonces yo me tendría que preguntar.