Los que nos andamos buscando
Un agradecimiento a las palabras de tu boca,
a la inteligencia encerrada en cuerpo de mujer,
negligencias propias de los lunes, cada lunes,
que sin guantes alivias mis confusiones,
encierras a los matones cobardes, zombis vulgares,
entregas en las envejecidas manos de dios,
la llave que no cierra nada, a nadie,
la llave que abre la invisibilidad de la bondad.
Palabras ausentes de voces, teatro abierto,
abiertos oídos con respuesta, resalta la humildad,
se despierta el artista bajo la luna sin su manto siniestro,
pensaron tus sueños que estaban tristes y sin respuestas,
que la vida te trata sin tocarte, el juego que no juegas,
dejé en el árbol más viejo de Plaza Lluvia,
los pedidos de los desaparecidos, áridas lluvias,
las demandas de algunas damas sin su melocotón,
la estrella que alcanza la fama y ama mi destilado dolor.
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