30/6/08

La callada

No se detuvo el amor herido,
huía por en medio de los relojes,
no reconocía mi voz en la oscuridad,
es como animal que no sabe de ningún fin,
no habrá mundo ni infinito que la deje sin salida.

No es marea en río, ni águila en celo,
piensa en amor cuando su sexo resplandece,
desea que lata el corazón y la libertad,
rompe las cadenas que alguien a la imaginación le puso,
y enjuaga en el cielo del mar sus manos en oración & deseo.

No se le ocurre al espanto desearla,
ni a la tristeza soñarla, ni visitarla ,
su alma, sus senos, que dios me perdone,
por no tenerle calma, por ser sequía andante,
que no descanse su vida y pierda mi muerte.

Herida extraña y desaparecida escribe sin sangre,
punta de espina adentro y afuera, cicatriz divina,
entrada a los infiernos calidos y amables,
donde alumbran los rotos corazones, dolor,
donde aún queda espacio para alguna confesión.

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