No sé
Sublime amarillo en pinceles asesinos,
disparo de revolver que se vuelve color,
cuervos aleteando hacia al cielo por admiración,
admiración y respeto, al peligroso pintor,
al muerto de hambre lleno de colores y amor,
que amarga es la vida cuando lo otro es todo.
defendamos nuestra hambre,
demos comer a las otras voces en miseria,
no es un lienzo donde todo empieza,
tampoco donde todo termina,
no es nada actual el veneno que ahora mata.
Estoy en el manicomio de la rutina,
una sigla de terror avanza en mi trazos,
y no hay gente con ojos que entiendan,
es un dolor cierto, que no se va, que no se va,
derrama su amargo dolor en aceite linaza,
y despide a sus colores que su dinero no puede comprar.
Duerme artista, duerme en bienestar,
las monedas de oro y de pobreza,
prefiero encierro en propia fantasía,
para mi alma sepultar y al alma humana llegar,
no vendo teatros que no pueda sentir,
y un juglar risueño pide por mi,
como una broma de moda,
locura que no entiende que debe esperar.
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