12/9/08

Esquina de mitos

Cintura de ella que sin frío se cobija,
entre mis guantes hirvientes que,

por amor se enreda en mis manos de lana.


De sus labios brotan nubes blancas,

que al tropezarse contra mi boca desatan sus colores;

desde mi corazón, que es sol para ella.


Acertada imaginación de ella perdida en un callejón;

de verano, en cambio esta cabeza ¿dónde esta?,

abandono mis pensamientos y crudamente,

fui incapaz del adiós.

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