Riders On The Storm THE DOORS
Sábado 19 de abril 20:00
Ágora de la Casa de la Cultura
Quito – Ecuador
Faltaban más de tres horas para el inicio del concierto y ya la casa de la cultura estaba rodeada por miles de caras sonrientes, tratando de hacer una sola columna en unos sectores y una oruga de mil cabezas en otros más próximos a la entrada principal del Ágora.
Se pudo ver tras varios repasos de la columna (ida y vuelta) las cantidades de conceptos que todos tenemos sobre The Doors, ¿y como encasillarlos?, dark, fashion, guru, hippie, acido, alcohol, paz, love, secretos, misticismo y un montón de profundos ojos que miraban ya algo en sus mentes y quizás también sus oídos.
Es imposible encasillar, es gente que al menos sabe a donde va, y aun así estoy seguro que me equivoco, conocí adentro del concierto gente que se fue (too much Doors)
"La gente perdía la virginidad con esta música, llegó alto por primera ves con esta música. Tengo gente que dice que niños murieron en Vietnam escuchando esta música, otra gente dice que conocen a alguien que no cometió suicidio por esta música. En el escenario, cuando tocábamos estas canciones, ellas se sentían misteriosas y mágicas. Eso no esta a la venta".
Jim Morrison
Cualquier desesperado con algo de dinero o una buena imaginación hubiera podido conseguir entradas a esa hora, los re-vendedores (re-compradores), hacían gala de sus voces de megáfono y miradas que buscan una mínima señal, en mi caso siempre equivocada.
Quise ver todo de más lejos y me dirigí a comprar seis cervezas, $5.40, con ellas y conmigo recorrí los adentros de la casa de la cultura, la partes interna aún externa, la parte del césped, duendes y árboles, ahí habían pequeñas células de grupos haciendo círculos o abrazando a un árbol ebrio que casi se caía, se hablaba de música, de Jim, la discusión sobra la edad de cierto órgano ¿sonido sesentero? ¿setentero?, de la heroína, la mentira. El vino barato parecía ser la mejor opción para la mayoría de los grupos, no hacia frío, el aire, el clima, la sensación llevaba las almas hacia algún lugar, después de mi tercera cerveza ocurrió que le tocaba a mi alma.
Desconfiaba de los semáforos, en un instante las ambulancias parecían estar desfilando sus sirenas por Avenida La Prensa unas y otras hacia el sur de la ciudad, los letreros del pollo Kentucky y la siempre despreciable M de Mcdonald´s todo comenzó a ser realmente amenazante para mi vida, sentí miedo de morir y no llegar al concierto, ser la nota roja de los periódicos sensacionalistas y de todos los demás también, la nota triste en la mañana de mi mama, era terrible.
"Estamos quedándonos viejos. Debemos seguir tocando porque el final siempre está cerca. Morrison era un poeta, y después de todo, un poeta quiere que sus palabras sean escuchadas”
Ray Manzarek Como tenia que esperar, (ansiaba la llegada de mis equipos) me estacione a orillas del Pollo Kentucky, ahí rojo y blanco rojo y blanco, colores que no cicatrizan, termine mis cervezas y al fin la espera acabo, llegaron los equipos y sin prisa y sin mucho ni poco cuidado me dirigía finalmente al concierto a la puerta de entrada, ya eran las 8:40 o algo así.
En esta ocasión alegue ser prensa, Drunk On The Moon, ejercicia con profesionalidad ¡y que debut¡, dije mi nombre y ahí no mas me encontraron en la lista, esto ocurría en las puertas de atrás del Ágora, puertas metalica, oscuras, habían bomberos, cerditos caqui, y como no… y sin que me tome desprevenido estaban las famosas grupies, lindas y apasionadas, todas ahí, una de ellas me miro con tanto amor y me dijo, “estoy tan cerca y tan lejos”, ¿Cómo no querer hacer algo?, adelante me apuraron en mi cuello colgaron una tarjeta plastificada, que me daba entrada, ahora este cabeza tan cerca y lejos, ahora cerca…
Después del primer control, hubo dos más, que sin problemas al fin pase, la parte donde se suponía que estaba la prensa era la parte mas próxima al escenario también habían ahí los que compraron o consiguieron entradas a V.I.P, esto quiere decir más de una sola cosa…
El Ágora a esas horas ya estaba copado y sin dudas la cola que esperaba afuera no iba ni por la mitad, yo le dije a Joaquinito que iba haber problemas, y eso no es adivinar, es saber donde uno esta, y saber que Jim y Pam andan cerquitas.
En el escenario estaba un gringo con camisa roja y una guitarra que no sonaba, no se que hacia el, no se porque gaste medio minuto de cinta en el, son cosas que pasan y ahí estuvo el gringo diez, quince minutos (crazy), en los altoparlante se escuchaban grupos como Zeppelín y Gun´s al fin el gringo solito se fue y subió al escenario una plastoncita bonita, también gringa, no cometo ningún error al no saber quien carajo era, porque al final no me importo, y otra vez gaste cinta, diré la verdad, y su ultima canción (¿) estuvo buena, dijo que ya se iba, gracias, ahí vienen los Doors.
Luces rojas y azules, humo mió y del escenario todo paseaban delirantes por ahí, sin previo aviso y a un grado altísimo de decibeles comenzó a escucharse por los altoparlantes Carmina Burana, sinfónica y coro, en mis venas sangre era luna y sexo, maldición bienvenida y emoción errante con pasaporte para quedarse, dulce maldad de la canción
Ray Manzareck, Robbie Krieger, Brett Scalions, la bestia y el chupacabras mexicano subieron a escena, todos vistiendo en su cabezas Panama Hats e inmediatamente mi universo y el de algunos mas se inundaron de Love me two times, era estar en la ceremonia, la mítica huida y búsqueda de los placeres, hirviendo los miedo a fuego lento, a fuego rojo violento, había tormenta dentro del Ágora, amiga y desconocida tormenta, Break on Through donde Ray y Robbie, sonreían hacia las luces, las que solo miraban y las que más de dieciséis mil ojos expandían directamente hacia el escenario.
Love her madly vino ya precedida de violencia, amor entero a la música y sus acordes, inolvidables acordes que no pertenecen al tiempo, por que no figuran en el, la vejez no toca, ni siquiera roza a la música. De poco a poco parecía que todos ahí adentro prendieron sus cigarrillos al unísono, había un ambiente de saturación y bufandas hacían de purificador de aire, el olor rojo se propagaba más y más, y la cámara ya no encuadraba y la música parecía que perdía o ganaba algo, algo que no podía fallar.
El coro del publico sin altavoz pero a toda vos era el himno “chapas hijueputas, chapas hijueputas” como un eco, como el Sahara bajo techo, la música seguía.
Al acabar la cancion Ray se levanto y Brett con un pañuelo cubría su cara, agarrando el mic grito “¿quien FUCK throw tear gas?, que venga acá y se enfrente conmigo, corten esa mierda”, Ray se acerco a Robbie y hablaron, mientras Brett seguía con el micrófono en la mano: “we don´t need tear gas, we need marihuana, LSD, peyote, eso es lo que necesitamos para expandir nuestra mente” se le acerco Ray y Brett al micrófono dijo, “regresamos en cinco minutos”.
-Después de dar muchos conciertos por locales de Los Ángeles, consiguieron un contrato para tocar en un pub conocido como "Whiskey a go go". Noche tras noche tocaban sus temas más populares, entre los que se encontraba "The End", tema compuesto por Morrison, que terminaba la canción cada noche con una estrofa distinta. Una noche, se presentó algo tarde y en un estado etílico; les dijo a sus compañeros que empezarían la función con "The End". Ya al final de la canción, y mientras sus amigos tocaban expectantes, Morrison entonó el edípico verso:
-Father? (¿Padre?)
-Yes, son? (Sí, hijo.)
-I want to kill you... (Quiero matarte.)
-Mother? (¿Madre?)
-I want to... fuck you!!!. (Quiero... ¡follarte!) La casa de la cultura ardía por dentro y literalmente por fuera, y si, estaba la ceremonia ya en proceso, Jim y Pam hacían el amor ya cerca, riéndose, besándose, bebiendo, drogándose, disfrutando sin quejas ni dudas, las dudas en ocasiones no pertenecen a ciertos sentimientos, a ciertas músicas, letras, sensaciones, es rock, son los Doors.
Quedo en azul oscuro el Ágora y ya todo parecía un amargo final, con cerditos y acontecimientos que algunas retinas retienen en formato dvd de aquellas presentaciones en blanco y negro con cuero y sonrisas, presos de alguna libertad que pretenden arrancar y eso si, nunca, nunca lo conseguirán.
The music is over, que mejor para que la música re-vuelta, con más ganas e ímpetu, con ganas de romper todo y por supuesto dejar con vida algunas vibraciones.
Rondaban botellitas de ron y canutos de ocasión, todo en familiaridad violenta, ya la policía advertida, ya la policía desaparecida, we are the people, Los Ángeles & Quito, we are the people, gritaba Ray.
Un Backdoor man, la querida amiga Gloria, y un mosquito molestoso fue lo siguiente, un reptil deambulando por mi imaginación y un montón de fueras de foco por que si.
Hubo más emociones y buenos agrados, un concierto con todas la luces y sin desentonar, ni una sonrisa de menos ni un salud sobrante, todo era en la armonía del amor y poesía, agresividad endulzada con besos de cualquier tipo, de tornillos, honestos, el sonido alucinante del órgano donde en sus notas parece que Jim duerme y despierta, que murió y sobrevivió, a las realidades a cualquier infinito, que alguien pronostico acabara, obvio, falló.
Drunk on the moon.
Si quieres una copia (2 dvd´s) del concierto integro de los DOORS, (sí THE DOORS) en la Casa de la Cultura tendrás que enviar un mail a hit_factory2000hotmail.com, diciendo lo que quieras y desde ese punto en adelante todo será posible.
2008 - Abril
“Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte – creando un certificado de muerte ridículo y pagando a un doctor francés – y poniendo un saco de ciento cincuenta libras dentro del ataúd y desaparecer a alguna parte de este planeta – África, quien sabe – ese tipo es Jim Morrison. Él sí sería capaz de llevar todo esto a buen puerto”.
Ray Manzareck