27/7/08

Fiebre parasiempre

Cementerios con mesas para el vino,
sueños silencios que predicen sin acertar,
dudo esperando al tiempo,
que se detiene, bebe y viene,
fluye en la piel claras esperanzas,
Verónica le grita al viento,
el viento mira atento sus pupilas,
que derramando linaza, esperan,
los colores de las ideas, la blancura de la sal,
ella solo imagina que esta bien así.

Hay torpes destinos arriesgando todo,
magia desarreglada por la mañana,
funciones solo suspendidas,
luego solo canceladas,
estar a la medida del eco de zumbido,
dándole medallas algodón al silencio,
arriba del abandono se escuchan promesas de perfumes.

Despacio, mezclando mis sentidos,
despacio se demoran mis ansias,
y a las puertas de la catedral mayor,
juré dejar de creer, en Midas y pesares,
de una vez por toda sea placer la razón,
dando una silla cómoda y amable a la tristeza hoy.

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