Sillas madrugadas
La soledad: gran agente de viajes,
gritos y risas no me espantan,
el sonido de su voz no me asusta,
y es cuando lo peor resulta no dormir.
Soy como el ritmo de la fatalidad,
aullido que no me acompaña,
todavía no nace, tampoco muere,
hay almas viajando en trenes,
dedos que acarician una ventana fría.
Entiéndeme el deseo de soledad,
quiero desayunar en inesperado lugar,
con tus ojos como espejos,
con mi voz acariciando tus dolencias,
bye, bye.
Escenario para ser joven,
suerte de continuidad sin pesar,
sobresaltar mis aplausos,
ser promesa que da el beso inicial.
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