14/10/08

Pido perdón, el jardinero se fue.

Quiero una soledad humana,
que venga de tripas, vientre y corazón,
lo que me rodea es indescifrable incomunicación,
que no se alimenta de mí, ni vomita, ni hace alarde,
siento su fuerza como daga de ojos divinos.

Herida de circo, de Ed Wood,
como una prisión imposible contigo,
caen las antorchas del odio,
se van abajo las costumbres de espinas de rosas,
no me importa la verdad, cuando la mentira es real,
es casi hoy, el mañana que soñé es para mí nunca más.

No sé que hacer, preciosa noctámbula,
no pienso dos veces nada, o casi nada,
y no tengo entre mis dos corazones;
ninguna médula de ruina, bastarda ruina,
alguna noche seré para nadie, y seré amable.

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