Con el petardo
Dulce Cecilia no te entregues ni te alejes,
de color azafrán quisiste ver al amor,
caminaste por las calles repletas de lodo,
te urgía escapar del dolor, esconder al corazón.
No te digo adiós, a dios, liturgias a escondidas,
fabricamos entre dos; destino perdido,
aterrizando ferozmente en Valle Espina,
ya veras que tan inquietante es el silencio.
Solicitando al viento encuentro urgente,
el mayor tesoro en el bolsillo de mi presente,
te cobija los sueños, te encuentran los ecos,
urgentemente se va la vida,
esperándote en la esquina.
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