14/5/07

Respiración lengua a lengua

Esculpiendo el día a noche, derrochando vírgenes y dioses,
la insistencia del olvidar llegando tercero a la meta,
el recuerdo no paro con la lluvia, aunque esa lluvia si murió,
invirtió el agotamiento en créditos amarillos, paraguas para yonkis.

Existe la mentira que es verdad,
reciclando mi muerte al menos nueve veces mas,
en el fondo del mar no se lo que habrá,
miles de estrellas sin luz, con el corazón de sal,
seres que jamás seré, imaginación liquida y clara.

Mi efímera contradicción, sin tejado, de una extremo a una extremista,
el exceso en mis precoses procesos de cambio, de no estar quieto,
la comandante en invierno viste con cuero a su caballo negro,
en su limpio establo cose como puede su roído corazón,
tener el don al revés es una virtud que ni Dios sueña.

Esta misión pinta de misiva,
de escape suicida, escape crepuscular, nada vulgar,
dulce sueño a no repetir, de no volver a servir,
la fiesta en mi honor a la que no quiero ir,
haya lo que haya no seré moderado.

Tendido sobre mi mujer,
adicta al contacto de mis pupilas,
con su bondad libre de deudas futuras,
el amanecer en la orilla del mar,
dices que el mar ahoga con tendencia al amor,
te digo que el amor ni nada ni vuela,
dices que a veces mientes y me besas,
te digo que no pares de decirme mentiras terribles,
de inventar en technicolor las sombras de estrellas,
alcánzame las balas de algodón, el alcohol también,
te veré a las cinco ahí, yo ni sobrio pero feliz,
me veras a las cinco ahí, nada sobria tu y feliz.


*Año 1973. La pequeña Ana Torrent coloca en su rostro una expresión de desconcierto y mira hacia el lente como implorando que alguien venga a rescatarla del sosiego en el que se encuentra inmersa. A un costado, su hermana menor apoya la cabeza sobre los rieles de la vía con la firme decisión de acabar con su existencia

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