23/1/08

Pájaro de angustia By Don Luis Buñuel

Un plesiosauro dormía entre mis ojos
mientras la música ardía en una lámpara
y el paisaje sentía una pasión de Tristán e Iseo.

Tu cuerpo se ajustaba al mío
como una mano se ajusta a lo que quiere ocultar;
despellejada
me mostrabas tus músculos de madera
y los ramilletes de lujuria
que podían hacerse con tus venas.

Se oía un galope de bisontes en celo,
entre nuestros pechos que temblaban
como las hojas de un jardín
todos los diálogos de amor se parecen,
todos tienen acordes delirantes,
pero el pecho aplastado
por una música de recuerdos seculares;
luego viene la oración y el viento,
el viento que teje sonidos en punta
de una dulzura de sangre,
de aullidos hechos carne;
¿Qué anhelos, que deseos de mares rotos
convertidos en níquel
o en un canto ecuménico de lo que pudo ser tragedia,
nacerán, los pájaros de nuestras bocas juntas,
mientras la muerte nos entra por los pies?

Tendida como un puente de besos de piedra dio la una.
Las dos volaron con las manos cruzadas sobre el pecho.
Las tres se oían más lejanas que la muerte.
Las cuatro ya temblaban de alba.
Las cinco trazaban con compás
el circulo trasmisor del día.
A las seis se oyeron las cabrillas de los Alpes,
conducidas por los monjes al altar.


“Lo llamaban de todo: traidor, anarquista, pervertido, difamador, iconoclasta, pero no se atreven a llamarlo lunático. Y en verdad lo que pinta es la locura. Es el primer hombre que ha cogido la pantalla y la ha utilizado a fondo hasta el limite”.
Henry Miller

“Si Dios fuera todopoderoso daría una segunda vida a Buñuel”.
Michel Piccoli


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