Quiero que se enfríe para abrirla.
Dame tus malas palabras y tu buen veneno,
entrégale a mis manos tus deseos pendientes,
déjame arriba de la mesa tus años remojados en ron,
no me vengo a morir de nada, tengo mi rock en buen estado.
tu cama con sus almohadas de mariposas empapadas de alcohol,
voy a pregonar por no incendiar ningún otro corazón,
entrégame mi cheque, mis gafas y nuestro veneno,
te dejo arriba de tus cejas a Dios, tequila y todos mis versos.
que no se retire de mi ninguna enfermedad,
no hay verdad en la canción que canta mi voz,
ni mentira en las pesadillas que los sueños imaginan,
entre desenfrenos, el silencio me cazo, y dejo libre,
a todas las jaulas, a San Pedro, y a la Bella que no agoniza.
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