5/11/07

Los sueños de la tristeza IV

Aliento a las ganas que empiezan por el final,
estrellada quedo el alma, se quito la voluntad,
por el camino a mansión deshonor,
con humo de licor, aspirando los rasgos de dios,
la radio estira sus ondas con un I love you,
lo canta la guitarra del viejo y muy joven John Lee.

El tiempo, familiar indiscreto de la imaginación,
en las tardes de madrugada, de lunas apagadas,
esbozan las más interiores versiones en horror,
en realidad individual, el ya me voy de la mentira,
gritos en la boca de los alacranes, bellos crímenes.

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