27/11/07

Nada de demasiadas

Mira mi sombra sangrando,
mi alma rodando,
ando dando vueltas por tu suspirar,
descanso a orillas de tu esquina.

Hay las palabras que tu lengua despreciará,
detrás del escondite vive la mentira que se estira,
alma lejana tan mía y del dios que hoy me acompaña,
caminan entre la oscuridad, el brillo sólo de tus verdes ojos.

Todavía no llego a apreciar la muerte,
es mi amiga y mi amante desconocida,
la beso, la mato, la abrazo, la recuerdo,
sigo parado en su puerta, viendo por la ventana,
sus rizos vestidos de horror y mi maldad matándome.

Ríes desde los labios rojo naranja de un viejo retrato,
la suave mirada de la luz en nuestros rostros,
envejece el pasado muriendo pronto bajo alguna sabana,
hay llamas a las puertas de la media noche,
arropando a los columpios solitarios que eran nuestros.

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