Salud agosto
Pequeña ave, tus alas gigantes,
del cielo hasta tu mente,
pies que sin danzar,
los quiero siempre acompañar,
a tus redondos ojos al viento
se manifiesta mi vida, a ser tuya.
Pequeña diamante,
son tus brillos de madrugada,
han sido años aterradores,
años de interiores,
de películas mudas,
de ver mi vida ensombrecer,
alma que con sus uñas se aferra:
a cada color, a cada olor de tu voz.
Pequeña ausente, cálmate,
esculpe tus ideas de amor,
deja al tiempo retroceder,
deja al tiempo adelantase,
deja al tiempo y a todos,
dulce muchacha,
hay mil bienvenidas,
ya las despedidas una a una,
se alejan ya de ti,
dando vuelta a la esquina,
prescindiendo del adiós.
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