9/8/08

Sueño con panderetas

No quiero apagar ni ocultar;
son mis manos que arden eterno,
quedarme aquí bebiendo,
ser delirante con toda, !toda¡ la razón.

Cambia de esperanza la tonalidad,
y si todo es como quiero a veces:
será sencillo llegar a no batallar,
entraré y saldré de la noche con vida.

Sabré mis secretos,
no es seguro, que también los recordare,
quizás moriré antes, después, ahora...
acorralé al silencio, algo pasó, algo dijo;
asesiné a cada una, a todas sus huellas,
todo pasaba ya muy lejos de casa.

Es este desierto, ¿de insectos?
he visto dumas rojas que son hormigas,
calles ya muertas, todas tan transitadas,
dos de ellos sacuden por una ventana:
sus ahora, glaciares raíces de amor,
es fatalidad, fondo abismo,
ella, gracia nublada, acostumbrada,
cuando algo en mí, siento:
no estoy aquí.

Son diminutos y serios sus encantos,
fabrico exactitudes, todas banales: la beso,
tristeza construyó en mí: infinita pared,
consuelos amarrados a reconfortables verdades,
ella me ve por sus binoculares, hacerme cruel,
pretendiendo decir su nombre regreso al silencio.

Clandestinidad de ciudad,
así es, cartas abiertas,
tus mangas, mis ases,
derrapando distancias finitas,
es rayuela que no mira, que muere persignándose,
parado en alguna vida que cure al perdón.

Continua aquí,
y vive donde existe algo de vos,
voz de viento, garganta frágil,
misceláneas tardías;
se empeña ahora;
impotencia a poder.

No hay comentarios.: