14/8/07

Aguas de agosto

Que frió siente el río en agosto,
arrastra la fe que los otros meses olvidaron,
les da energías mientras inserta frió en sus espaldas,
vaga sin sentido, besando a esos curiosos dedos,
tuvo sangre, tuvo lágrimas, busca todavía su día,
la manta cristalina que la acompaña desde la montaña,
al vacío de la montaña arroje la maldad en forma de caramelo,
no distingo entre el corazón del río y el corazón que perdí.

Hubo ocasión donde la tormenta me abrigó,
tenia la impresión de que también yo, era abrigo para la tormenta,
sus palabras en gotas, sus suspiros tempestuosos,
los pensamientos se desvisten y deciden ser libres,
no les pierdo el paso, ni la tormenta empieza a secarme,
con ella encontré muy lejos de casa un hogar,
donde la tormenta también pueda ser parte de un día dichoso,
de una noche eterna, que es donde viven las noche tormentosas.

Que descansada sonrisa la del mar cuando llega a orilla,
la inmensidad de sus labios es fatalidad para tanta soledad,
y conversé con el agónico mar traspirando en espuma del adiós,
no es testigo de las verdades perdidas, ni vivió por existir,
escribí en las tablas de la oscuridad, sobre la arena testigo,
un urgente epigrama, que no tuve el tiempo de leer,
se desvaneció junto a la bella sonrisa del mar,
juntos se fueron a vivir.

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