Caminantes
Sabes que te vas a quemar, con la ruleta,
la hoguera y las apuestas al por mayor,
la absurda negación a la vida,
la seriedad que se merece el morir sonriendo,
es un hospital la esquina donde jugué a insistir,
ahora beso bocas con fuego, y no vuelvo a caer.
aún queda vida mía: Managua, Negril, Mendoza febril,
despechado Bangladesh, tobogán de deseos a un peso,
la habitación destruida a menor precio,
noches azules que nunca nunca oscurecerán,
la ventana siempre abierta, no hay miedos que existan.
panaceas de las fronteras, la montaña arriba de la playa,
el camarero con la botella de vino, de a pico de pajarito.
aunque parece agitado, sus alas son repletas de calma,
coincide con lo que vamos a encontrar,
en el bulevar de nuestro interior, ni flechas ni arcos,
asociación de la vida urgente, todavía con socios sin carné,
no olvides la soga y la coliflor, la música y el algodón,
nos encontramos en el presente; única vía, felicidad.
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