Liendres para usted

No es sacrificio ni por quien sacrificarse,
el amor de una madre que nunca tuvo hijos,
con la desesperación meciéndose en la silla de Gogh,
se estrella sin las manos en su vida, la vida de mi vida,
seis meses de agonía, me deseo que me vaya terrible,
enfermar de asco, gritar silencio al llanto de tus muslos.

Podrida la vida se va en cualquier restaurante chino,
a orillas del río Espaldas, fe desmesurada y triste,
los 20 mil años del viejo proletario, desconsuelo agonizando,
el frío carcome de valentía a tu entera cobardía,
quise nueve besos, quise romper la luz, labios sin cenizas,
me fermente para ser bebido, para ser vomitado,
desprender al amante que negocia con malditos corazones.

Ultimo atardecer que cubre el paraíso vacío,
franca necesidad corroyéndose en mi enrarecimiento,
no concibo extrañar ningún tipo de pelea, ni gritos,
visito nocturnamente a mi amante en callejón sombrío,
enteré a mi corazón que no soy propio de el,
es la atadura a las raíces profundas del amor,
tirado en el desfogue de la poesía.

*Clara Bow