1/2/08

En el Centro

Deliciosas palmadas,
baila la danzarina,
moviendo su cuello,
sus oídos, sus respiros.

Son como espinas de algodón,
dedos descalzos, miel en su ombligo,
obliga a mis deseos desear,
y el descontrol toma ventaja,
se emancipa el sudor,
y el amor apenas queda en sombras.

Delira cualquier astucia,
la carne se hidrata con besos,
valentía de oro y plata,
salvaguardan romances antiguos,
los sumerios arden,
arde la vida por vivir.

Dos pasos atrás da la muerte,
que no ejercita sus secos labios,
apenas susurra, tristeza ambigua,
mezcal y romance,
arrumacos que tejen y tejen,
con deliciosas palmadas,
lagrimas que son del amor,
del centro del amor de una mujer,
que ama con coraje y lejanía,
pero ama.


1 comentario:

Anónimo dijo...

sombrero afuera
muy bacán