29/7/07

Dueños de Sueños I (uno) Intuición.

Se alistó con la última cepillada al zapato,
la bufanda musical, el cabello peinado hacia atrás,
aquel domingo sin dudas hacia la ribera,
sitio que invadió su mente antes de dormir,
quizás conocería ahí adorable y única criatura, aleluya.

La noche anterior terminó de leer la última carilla,
las últimas palabras de aquella autobiografía,
decían: “sobre las montañas, sobre las olas,
se enamoraron a la primera vez”.

Ella no durmió se quedo mirando películas,
se levantaba a pausar la fantasía en realidad,
una rosa creció sobre su espejo, rosa pálida,
su reflejo en espejo la inquietaba, instantes de búsquedas,
encontrar aquella mirada que mira desde la profundidad,
otra vez la luz a oscuras, y la fantasía eran 400 golpes.

Se vistió junto a la luz de la mañana, había secado su piel,
arrojo a la silla una sabana, ahora la silla era un fantasma,
en el suelo dos poemas a Antoine Doinel, uno más a Truffaut,
el aroma colibrí poco a poco entraba por la ventana,
el bolso listo con las ganas de vivir para hoy, hoy,
zapatos bien ajustados, odiosos tacos, que vamos.

Lo vieron caminando sobre un puente,
un loco desconocido y cuerdo dice que nunca lo vio,
caminaba recorriendo el interior de la ciudad,
buscando el borde del mar, alguna ribera donde hallarla,
donde ella quisiera estar, donde los dados agitados,
resolvieran su confundido ajedrez, despeinado ser,
el día lo acompañaba y el regalaba sonrisas,
junto a un árbol rodeado de carros descansó,
guardó su bufanda, se insistió en seguir,
le compró a débil anciana tres claveles,
y además le obsequio beso con cariño.

La tortura desaparece hacia el medio día,
ejercen su función las manecillas del sol,
ella cumpliendo con aquella; la dueña del viento,
deseando terminar de sonreír, para empezar a ser feliz,
es solo una manera distinta, las señales del interior.

Descarta amablemente invitación a almorzar,
descarta otra invitación, hacia cualquier lugar,
tienes planes, tiene horizontes, de lejos algún vicio,
quisiera ella invitar a alguien a caminar,
a purificar el aire, gritando y gritando y gritando,
despierta ella!…dice adiós con su voz de chica regular,
agarra su bolso, se acomoda, y se va de ese lugar,
se alistan sus manos al mundo tocar.

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