29/7/07

Yellow Pearl

Donde estuvieron las mil noches sin dudas,
la alcoba que no era de ella, la cama desnuda,
hubo buen tiempo vestido de intemperie,
meditaron los días, se desvelaron todas las noches,
me dio la mano cuatro manos, tenía voz la verdad,
delicadeza que otorga la paciencia, abrazos espontáneos.

Cuantas cosas en común, ideas unidas, distantes altercados,
entre la esperanza y lo visible: mujer esencial,
el baile de la sabia y este terco, con el pesar que le observa,
de que nos sirvió el casi morir?, el casi invadir el cielo?,
deberías de tener razón, sobre la mentira prefiero el silencio.

Hay viento es estos tiempos, es bella la criatura que dice si,
estrecha la conexión entre nosotros dos y tres, el mundo entero,
alfiler en cuna, entré sin golpear a esquina paredón,
tengo la suerte que el destino maneje los hilos,
tengo suerte que el destino no tenga cierto vicios,
tengo nada que temer, el corazón arde y espera.

Regresó de algún lado, innoble lugar donde trataba de cambiar,
el trueque de la amistad, el dando y dando de imágenes,
se enfrió el sentimiento que ardía, por vulgar y extranjero,
dolor transparente que con manos de teatro saluda al aire,
caminito insistente, diariamente las ansias de no hacer cagadas,
hubo el mes hace años atrás, reflejo de problemas heredados.

Vuelven los colores a ser los que vuelen, testigos y cómplices,
vuelven las letras siempre con sentido, a ser la catarsis,
el claro de aquellas miradas que no se ensucian, que despiertan,
estuviste creo al borde de algún precipicio,
brotaron del espíritu bellísimas alas alejándote del frió.

Pasó el indetenible tiempo, dejando caer sobre ti paciencia,
pareciera que creando el invierno; los árboles cantaron,
juntar los pedazos que juntos se nos rompieron,
que casi se confundieron, pedazo del corazón insano,
pedazo de este corazón insano, y otros dos corazones,
pescando alguna solución para empequeñecer la tristeza.

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