Ni un solo

Está el cielo pidiendo por mi hoy,
el frió me alerta de algunas debilidades,
la carestía de risas ahora me incineran,
abrumadora cantidad de tiempo, lejos,
inmensa escasez de peperina,
faltas tú, para lograr algún encuentro,
salvaje amor, tiernos calores,
ahora rezo, por no volver a creer.

Ojos brillantes parecen obsesionados,
se asemejan a la bruma de la ausencia,
rompo espejos, arreglo mis sentimientos,
pregunto en silencio por algún sueño mío,
alojados en certezas de mil dudas,
cada una con su inseparable pregunta.

Tonto jardín excéntrico,
que esconde las formas de la inspiración,
propia prisión humedecida por diamantes,
quiero que se duerma el mundo,
persigo tu sonrisa a ojos cerrados,
sin colgar mi desnudez,
sin coleccionar ni uno solo de tus silencios.