Moras con dolor de cabeza

Agobiante laberintos con manos,
tocan mis manos manchadas,
entre ellos forman todos ojos,
perversas rutas sin piedad oprimen mi corazón,
no hay apuro para la desesperación,
las tentaciones se intercambian con mis causas,
dime, dime, dime, sobre el nunca y lo extraño,
ahora hay un tipo malo que me conoce,
y es solo cuando tu voz me lleva y me aleja,
a sorprendente y lejano lugar,
rompen a sonreír las paredes del laberinto,
talvez esté simplemente dentro,
de una canción, en Manhattan,
escuchando dos voces cantar,
luz de calle que se apaga,
mostrando su oscuridad,
gotas de lluvia cantan antes de caer,
de morir, de vida cambiar,
lo he dejado escrito en su corazón de jazz,
fragante valle donde envejecen las nubes,
todo esta roto y escasas escaleras,
está el amor desnudo bajándose de un taxi,
el encender de unos foquitos ilumina su cuello,
y va alejándose, a vereda contraria, a lado contrario,
encontré el sin caminos, la muralla dorada,
plateada noche donde aun, esta despierta la sed,
angustiada con razones imposibles,
sin razones madres y amores,
muñecas desatollas, haciendo marcha atrás,
deshaciendo sobre la brisa caminos enteros…

Sanjuro