Cecilia del Circo I
Maravillas Cecilia del circo, llegaste de suerte saludando al nido volar, fundiéndose en mi porteña ventana, riachuelo salado de loco, y excéntrico cocodrilo de todos, arriba del abismo, entras despacio repitiendo las enseñanzas del trampolín, del trapecio, deseos de volar.
Trenzas de tu cabeza que lanzan emoción, viva, activa, viva tu baile, tus manos que saluda, tus besos, locos besos míos, que provocan delicias en mi alma de tahúr.
Cecilia del circo, no escuches a los que te dicen que eres bella y de ellas,
a los espíritus redondos que te llevan, te duermen, quierete firme en tu corazón, eternamente para ti, tus ejercicios en soledad, los espió cuando te caes, cuando imaginas que me besas,
te pintas toda y te empeñas en volar por la carpa, el aserrín y yo suspiramos en verte volver a la vida, a la chispa que quema, grita y se hace escuchar por toda la ciudad.
entre tus piernas te recita el poema que te escribió cuando respiraba aire, cuando bebía tu imagen. Cecilia del Circo, tus amigos los freaks te quieren, te ven como una igual, tan callada, tan de ojitos cerrados, con sus ojos abiertos aciertan al aliento de la desolación.
te ves bella, ese vestido y tu sonrisa parecen del mismo amor,
súbete al elefante, vuélvete fragancia, elévate hacia el cielo,
giras y giras, la bella de la colina,
el publico, mira con fascinación, salen de su cuerpo,
entrar en el viento, en el fuego, viven del agua.
vas a volar, sin alas, no solo para aves el volar.
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