El cielo es un bosque

Prendido a tu voz de aullido, de cautiva Julieta,
mermelada con flores, el beso que al fin besa,
viento en tus ojos, sermones que escribimos para nadie,
comentan los niños en su guarida secreta, un plan maestro,
la vida en la tierra, el principito de líos, un canguro en TV,
preocupaciones que valgan mas que la cuenta de energía,
tus rodillas que doblan y hacen muecas, la cerveza de John Lee,
hablemos sin palabras, dime que amas sin palabras,
que no es la dicha de los dichosos, ni el horror tan publicitado,
pisa el césped sin miedo, de dedos descalzos,
con tu mente acústica y color que ronda en ti.

Enganchado a desengancharme de visa inventada para vivir,
permisos para ignorantes, que piden más ignorantes,
el desafió es seguir sin mirar atrás, mil disfraces usaré,
disparando balas de cometas al cielo, ofrenda de Brando,
deseando hacer llover, deseando que pare de llover,
baila la monja con el sacerdote en un baile de disfraces que le es la vida.

Descubre la chica despierta, atenta, que añora sentir,
subastó ella su razón, visito a su abuela en calle París,
pintó en sus labios un te quiero,
le arrendó un deseo para que vuelva a sonreír
sueños cumplir, a decir que sí,
descubro en tu hombro; nuevo lunar,
que converso a besos nunca acabar.
Términos que se hacen polvo en un idioma de a dos.