Letargo de una silla

Bailas frente al espejo desnudando sombras,
aquellas lágrimas que tus ojos fecundaron, ya volaron,
el piso descalzo acaricia el calor de tus pies,
suavidad en brisa, dejaste tu vida en ese ropero ajeno,
baila, baila, bienvenida al nuevo corazón,
dame un beso que no castigue, que no diga adiós,
dame beso tan duradero como un beso puede ser,
viviremos en ninguna casa, no moriremos más que de vida,
enfriaremos nuestros licores con el frió del invierno,
no temas cuando la noche caiga y tengamos mucho sueño,
el viento que es abuelo de tu alma nos regalara calor,
magia en amor es nuestra ultima cabaña cerca del sol.

Te vistes de mí en abrazo hirviente de pechos desnudos,
descansa tu cabeza en los latidos del corazón en sueño,
nos espera la estación del tren, su techo enorme y viejo,
nos guían tus estrellas, estanque para dos,
la vida en su mecedora, la vida en su cohete a la luna,
la vida que no alquilamos, sobre nieve de luna hervimos.

Y cuando en la silla olvidas tu tristeza,
y en tus dedos un par de anillos brillan para ti,
llevas la esperanza derramándose de tu interior,
pareces ciudadana del mundo de algún buen ser,
el despertar de un buen día, el dormir de la noche,
nace de ti la muerte que aspira respirar,
muere en ti la maldad que tanto entorno, te quiso hacer tragar,
dejaste atrás iglesias e infiernos, que eran los mismos,
que siguen siendo socios del mal y del mal dos veces mas,
le entrego a tus abrazos besos que dejaron sesos atrás,
en el bolsillo de tu poesía las oportunidades te empaque,
que necesitas de tu vida, vida que necesita tu existir.