10/6/07

Empezar por las espinas

Cada día necesito morir, en las noches duendes convencer,
caducar cada instante llevándolos a la bondad,
destruir torres de marfil, dormir con la fe de renacer,
las calles viven cuando humanos mueren a dormir.

La vida se disfraza de abajo arriba,
convence a mi corazón, otras veces a mi dolor,
se empeña la vida también en vivir,
como un fantasma que al fin es feliz.

Durante el tiempo que sea necesario me vestiré en invisible,
no pisare dos veces la misma piedra, ni moriré en paz,
solo intentando vivir. Doblé el ego,
lo llevé kilómetros lejos de mí,
maldita fuente insaciable de promesas, sube escaleras,
camina ante lo imposible. Frente a dios no es distinto,
dios esta enfermo y agobiado.

Tengo un corazón que renace cada día,
que no pierde ni pizca de fe,
jugare hoy a ser como una libélula que vuela.

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