Chica que ama a Elvis
Busca la belleza de la noche entre luces de neon,
sin complejos al ron,
busca en la luz de las estrellas,
noches que sean bellas; que le den su Dios,
imagina correr sin pisar el suelo,
imagina desnudez de a dos,
muera la razón,
busca encontrar siempre el olvido,
tener a mano la guarida,
coincidencias evitar.
Ella baila mientras asesina con sangrante maldad a los hijos de su imaginación,
conoce el secreto de las tinieblas,
besó a la crueldad en sus labios,
estafo a su Dios,
noble belleza que no rescata a las arrugas,
que no alquila pasiones,
errante a estación,
sonrisa pequeña, voz en pelvis,
garganta de fuego,
madrugadas de sueño.
Vestido blanco,
oro del Ecuador en puro corazón,
vuelo alto y azul,
aquella noche lo gritaste,
sentenciaste a la luna,
rompiste con Jack,
nunca te equivocas,
diosa tontita,
revuelves el ego del creador,
me partes en mil,
“wooden heart”
mandolina que te guinda,
amor receptor y emisor, vos y yo.
La ultima en llegar, la única en el lugar,
capacidad de distinguir vino y wine,
agotando la memoria mirando el rió envejecer,
saltando sin semáforos ni verdes,
pediste prestada la vida cuando eras pura dicha,
ahora la honras como honras una piña,
escribiste en nubes que estuviste llorando,
que el sol te abrazo, que te calmo, que te amo.
2 comentarios:
que hermoso poema, casi me hace llorar, cuando uno los lee cree que son dirigidos a uno. Suerte de aquella que tiene el amor de un hombre que le hace poemas.
pum pin pum pin... suelo no equivocarme, soy casi una sabia jeje.
los pajaros eduardo!
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