Medianoches de vereda
Delicadeza agobia en tormentos,
Maria cocina delicias, preparadas con pan,
y son a las orillas del mar, mercancía para vos,
terrible pánico, siete años de esperanza,
deshacer la voluntad de Dios, vaya error.
En los techos de los bosques deambulan,
cada noche los sentimientos extraviados,
están los que tientan cada timbre que ven,
corren aquellos llenos de fuego, a ningún lugar,
eterno movimiento quieto, de besos al dolor.
Esquivando la huella del humo,
soy un desconocido para mi mismo,
augurio que de pequeño dibuje,
sembré la fértil semilla del intento,
en tierras amorosas y sin memoria,
recuerdos son las siluetas de nubes,
adornaron por siempre mis ensueños.
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