29/12/07

Derroche de soledad

Lindas piernas, labios que ayer conocí,
sube las escaleras para reunirse con la desnudez,
de sus caderas se agarra la tela blanca,
como disfraz para hacerme sentir bien.

Y bailan sus cabellos al andar del bar,
con el imperpetuo ritmo del silencio,
de la bulla en su mente dialogando con su cabeza,
ámbar a su mirada de conocida, mi desconocida.

Raíces también blancas, y cejas alborotadas,
abrazos entre unos brazos delgados,
llamó la inmadurez a reírnos de todo de una vez,
decidí espiar a mi vida, y ella todavía te quería.

Trenes afuera de todos los rieles,
y un mundo desolado solo para los dos,
el universo entero para nuestros sueños,
de infinita falta de mentiras, besos descansados.

1 comentario:

Paula Muñoz Inclán dijo...

hay un sólo que debe ser acentuado por ahí. hola.