Noches de moonlight
Atrás de las estrellas,
abajo del rojo volcán,
en las oscuridades de las pupilas de dios,
hay las teclas de la virgen Maria Angélica,
no quiso volver conmigo y esos cuernos,
ahora son solo de Jesús arrepentido y su anárquico corazón.
En las teclas del diablo amargado y enfermo,
suena mal las coplas a los amores corazones,
escondidos en gafas para el sol, escondidos,
sonrisa de metal estancada en piedra verde,
amistad que vuela con el viento de las nubes.
Hay sobre algunas mesas que duermen en la noche,
cartas a los amantes de antes a la sonrisa que mastican sexo,
brilla le nube celeste en mis años sin ti, siempre contigo,
y te doy todo y no sientes nada, el desierto en Eduardo,
brilla saltando del trampolín la lluvia para ti.
Ritmos ahora azules para tu baile merengue.
adornados en la intriga de la mendicidad salada,
vaso repleto de alcohol, vació otra vez,
súper alegre te sientes sin este loco súper-down.
Empecé a extrañar los besos del viento,
cuando de horribles lazos se amarraron,
uno o dos pares de humanos se volvieron prostitutas,
y las prostitutas con mil, mil besos las recibí,
en mi casa hasta el amanecer, suyo amanecer
cien mil crepúsculos calladitos, y sus corazones…
llenos y llenos de ninguna maldad, dura bondad.
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