Volverse cazador . Viaje a Ixtlan
“A veces es necesario hallar aprisa un sitio benéfico, a campo abierto. O a lo mejor es necesario determinar aprisa si el sitio en que uno va a descansar es o no un mal sitio. Una vez, nos sentamos a descansar juntos a un cerro y tú te pusiste muy enojado y molesto. Ese sitio era enemigo tuyo. Un cuervito te lo advirtió, ¿recuerdas?”.
“De pronto Don Juan me embistió, a toda velocidad, y tomándome del brazo me arrastro en peso tres o cuatro metros. Me ayudo a incorporarme y se enjugó el sudor de la frente. Noté entonces que se había esforzado al límite. Me palmeó la espalda y dijo que yo había elegido el sitio equivocado y que el tuvo que rescatarme a toda prisa, porque vio que el sitio estaba a punto de apoderarse de todos mis sentimientos.”
“Nadie puede decirte lo que debes de sentir.”
“Ser cazador significa que uno conoce mucho. Significa que uno puede ver el mundo en formas distintas. Para ser cazador, hay que estar en perfecto equilibrio con todo lo demás; de lo contrario la caza seria una faena sin sentido. Por ejemplo, hoy agarramos una culebrita. Tuve que pedirle disculpas por quitarle la vida tan de repente y tan definitivamente; hice lo que hice sabiendo que mi propia vida se cortara algún día en una forma muy semejante: repentina y definitiva. Así que, a fin de cuentas, nosotros y las culebras estamos parejos. Una de ellas nos alimento hoy.”
“No tiene que interesarte ni que gustarte -repuso él a mi queja -. Tienes una inclinación natural. Creo que a los mejores cazadores nunca les gusta cazar; lo hacen bien, eso es todo.”
“Un cazador deja muy pocas cosas al azar.”
“Si no tienes una imagen tan clara de lo que quieres, tal vez te hagas más humilde.”
“En un tiempo todo el mundo sabía que un cazador era el mejor de los hombres. Ahora no todos lo saben, pero sí un numero suficiente de personas. Yo lo sé, algún día tú lo sabrás. ¿Ves lo que quiero decir?”
“Un día descubrí que, si quería ser un cazador digno de respetarme a mi mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenia buenas razones para sentirme victima. Soy indio y a los indios los tratan como a perros. Nada podía yo hacer para remediarlo, de modo que sólo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseño a cazar. Y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la pena vivirse…así que la cambie.”
“Yo soy un cazador y un guerrero, y tú eres un cabrón”
“Dijo que yo alcahueteaba para otros. Que no planeaba mis propias batallas, sino las batallas de unos desconocidos. Que no me interesaba aprender de las plantas ni de cacería ni de nada. Y que su mundo de actos, sentimientos y decisiones precisas era infinitamente más efectivo que la torpe idiotez que yo llamaba “mi vida””
“Su mundo de actos y decisiones y sentimientos precisos era en verdad superior. Toque calladamente su brazo, y el llanto me inundó.”
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